Pusillus Grex

PUSILLUS GREX EN LA CORONACIÓN CANÓNICA DE LA INMACULADA DE CASTILLEJA

Con motivo de la exposición “La Inmaculada, Historia, Dogma y Devoción Coronada”, organizada en los salones del Círculo Mercantil de Sevilla por la Coronación Canónica de la Patrona de Castilleja de la Cuesta, Pusillus Grex colabora en dicho evento exponiendo en tierras Hispalenses la reliquia de la huella del pie de la Virgen.

Aunque la Virgen María fue asunta al cielo, la Iglesia no renunció a poseer reliquias marianas.

Como no podían ser estrictamente corporales, lo eran extrínsecas o de contacto: velos, cinturones o túnicas de la Virgen se veneraban en el Medievo en algunas iglesias y catedrales. En Toledo, por ejemplo, aún se guarda la piedra que pisó la Madre de Dios, cuando se apareció al obispo Ildefonso, allá por el siglo VII.

Así, las iglesias que decían poseer reliquias marianas reales, como mechones de sus cabellos o gotas de su leche, con las que buscaban consolar al pueblo piadoso.

Motivo de devoción fueron, así mismo, las huellas o medidas de los pies. El papa Juan XXIII de Aviñón (1410-1415) llegó a conceder indulgencias a todos los fieles devotos que besaran dichos podomorfos. Quizá por ello en el mundo cristiano se conserven muchas huellas grabadas en piedra y consideradas como de los pies de la Virgen. Esculpidas por algún cantero o producto de la erosión han sido origen de santuarios y son motivo de romerías.

Procedentes de conventos y monasterios de clausura, se conservan muchos ejemplos de esta reliquia. Como muestra, el convento de Santa Clara de Zafra, conserva una de esas medidas, bordada sobre seda y enmarcada. Una labor monjil, probablemente decimonónica, calcada de alguna de esas medidas pétreas.

 

Así mismo, nuestra Hermandad procedente de nuestra Comunidad de Clarisas de Regina, conserva desde muchos años, dicha reliquia, en forma de estampa coloreada, realizada a tinta compuesta por el dibujo de la silueta de la huella de la sandalia y un escrito en su interior.