Reflexión de Nuestro Hno. Mayor para la Cuaresma de 2021

“Disfrutar del compromiso”

“… abrir el corazón al encuentro con Dios Nuestro Señor, al desnudo, sin barreras, ni disfraces que oculten nuestro verdadero yo”.

Con la sinceridad de estas palabras con las que concluía mi reflexión la pasada Semana Santa de 2020, he querido comenzar este año y hablaros al inicio de esta nueva Cuaresma, revestido de la claridad y la confianza de sentirme escuchado por vosotros, responsabilizándome de un mensaje que deseo y quiero que os toméis en serio.

La llegada de la Cuaresma, este año más si cabe, viene para hacernos pensar, para analizarnos y dejarnos claro, que nuestra vida como cofrades debe regenerarse. A resumidas cuentas, tal y como dicen algunos: que debemos reinventarnos.

Un sentimiento que cada vez debe ser más puro, aprendido del buen hacer de la hermandad en el día a día, sintiéndonos cofrades desde que abrimos los ojos al despertar y a cada minuto que gastamos en nuestra vida. Nos hemos quedado solos ante Dios y a su deseo y capricho nos debemos.

Dios no sabe otra forma de enseñarnos y no sabe otra manera de decírnoslo, si no es a través de la mirada a los ojos de nuestros hermanos, de nuestras gentes, de las personas con las que convivimos: familias, amigos, conocidos… todos aquellos que nos importan y que no queremos ver sufrir.

Por ellos, nos impone esta prueba de amor. Es por ellos por lo que debemos fortalecer nuestra Fe, por ellos debemos crear responsabilidad y compromiso, por ellos solo debe existir un mensaje en el que creer: el de la esperanza.

Quizá, nos resulte gracioso cuando escuchamos: ”¡Cofrades, a la calle!”, pero fuera de toda estampa caricaturesca, el contenido está lleno de esperanza. Y en esta virtud, debe basarse nuestra Cuaresma.

Cuarenta días en los que nuestro tiempo de oración y penitencia, deben ser transmisores de esperanza a los más pobres, a los más ancianos, a los enfermos, a quienes pierden la alegría de vivir, a quienes los días y las semanas se les convierten en caminos de desconsuelo y angustias, a personas donde el presente no avanza y la vida se rompe sin futuro…

Estamos condenados a luchar por ellos, a hacer el bien y aprovechar cada instante para ser buenos. No sirve de nada pasar por encima de nadie para logar metas vacías o subir a la cima. Lo importante de esa lucha es hacerte grande y que todos quieran acompañarte.

Así es nuestro día a día y así lo convierte en realidad esta maldita pandemia que sufrimos. Maldita, además, porque sigue haciéndose fuerte gracias a los que no practican este mensaje y solo miran su ombligo. Nadie se sacrifica por el bien común y no respetamos la norma si no vemos beneficio en lo personal. ¡Así nos va! Pidiendo salud sin preocuparnos por enfermar a los demás.

Este año, de nuevo, no volveremos a disfrutar como cofradía en la calle y de nuevo el vacío que el fasto artístico-religioso que demuestran nuestras hermandades con sus cortejos en las calles será aún mayor. Por eso, creo que es bueno que aprovechemos la ausencia de todos esos artilugios, para disfrutar del verdadero mensaje de Dios, sin envoltorios, de forma directa y sencilla.

Hablando de cofradías, un buen amigo me dijo antes de perder el juego ante el Covid-19: “la vida son dos días y está en manos de Dios, déjate de pamplinas y tomémonos esto en serio”.

Ante ese mensaje y sin querer ser egoísta o hacer abuso de poder, voy a ser muy directo con vosotros y os voy a pedir que participéis de lo poquito que podamos hacer de forma colectiva como hermandad.

Desde que Pusillus Grex naciera, nuestra forma de actuar ha sido y es, por y para vosotros. La vida junto a nuestros Titulares, que son la devoción de nuestras vidas, se ha ido fraguando poco a poco, creciendo pasito a paso haciendo hermandad, procurando ser una familia donde todos tienen cavidad y donde cada logro personal o grupal, pequeño o grande, se debe al esfuerzo y dedicación de todos los que formamos esta corporación.

Durante este último año, hemos pasado días muy difíciles y la junta de gobierno no ha cesado de trabajar y reinventarse constantemente, para que el rumbo y la dirección de nuestro proyecto como cofradía siga adelante.

Por ello, ahora vengo a pediros que no nos abandonéis, que vuestra asistencia a cultos y participación en los proyectos que constantemente os ofrecemos, no sea una obligación con la que cumplir de paso, sino que la viváis con intensidad y que disfrutéis de cada momento al máximo. Porque ese sobresfuerzo que hay tras todo ello solo se ve recompensado con asistencia y participación, demostrando el cariño a nuestros titulares a través de vuestra cercanía.

Somos conscientes de la inseguridad generalizada que el mero hecho de salir a la calle puede producir y es cierto que por muy constantes y pendientes de controlar todos los protocolos de protección y desinfección, no puede garantizarse una seguridad plena del ciento por ciento. Pero luchamos para que lo poco que podamos hacer, sea vivido con intensidad y no se asuman riesgos innecesarios.

Os invito de todo corazón a que estéis junto al Soberano Poder y junto a Guadalupe el próximo Lunes Santo y que nuestra misa de hermandad que será celebrada como Función Principal de Instituto, la viváis con plenitud, cumpliendo lo establecido en nuestras reglas y renovando nuestro voto como hermanos junto con los que lo juran por primera vez, iniciando su andadura en la Iglesia como cofrades del Pusillus Grex.

Espero que este propósito sea un feliz final para estos cuarenta días que hoy se inician y que sean resultantes de una enriquecedora experiencia en el camino al encuentro con Cristo resucitado.

José Ángel Guerrero García
Hno. Mayor del Pusillus Grex