Oh Dios vivo y verdadero, que has desvelado la encarnación de Tu Verbo con la aparición de una estrella y has conducido a los Magos a adorarlo y a llevarle generosos dones, haz que la estrella de la justicia no se oculte en el cielo de nuestras almas, y el tesoro para ofrecerte sea el testimonio de la vida. El esplendor de Tu gloria, oh Dios, ilumine los corazones para que, caminando en la noche del mundo, al fin podamos llegar a Tu morada de Luz.

Adoración de los Reyes Magos, Rubens